miércoles, 30 de enero de 2008

EL EJE ROMA-BERLÍN-TOKIO

Nunca una palabra fue tan mal empleada como el término “Eje” que se refiere a la alianza militar entre Alemania, Japón e Italia durante la segunda guerra mundial. Mussolini, maestro insuperable en el arte semántico, fue quién acuñó por primera vez este término tratando de simbolizar una alianza militar que en la práctica nunca existió. Cuando en 1937 se formalizó la alianza entre los tres países totalitarios nadie dudaba del ejército fantasma de Mussolini ni de su imperio de papel. Ni siquiera Hitler, que ya intuía mejor que nadie la debilidad de su colega italiano, sospechó jamás que esa debilidad fuese tan crítica y patética como demostraron los hechos posteriores. Japón, por su parte, era efectivamente una gran potencia y lo demostró con creces durante la guerra del Pacífico, pero nunca coordinó sus fuerzas con sus aliados del pacto. La realidad de los hechos es que Alemania y Japón debieron luchar por su cuenta contra una coalición de países que supieron limar sus diferencias para enfrentar en conjunto a las potencias totalitarias.A la hora de las críticas pocos recuerdan que Japón debió luchar durante casi cuatro años con una potencia pródiga de recursos humanos y materiales como los Estados Unidos sin recibir ninguna asistencia de sus "aliados". Lo mismo sucedió con Alemania en Europa que durante seis años se las ingenió para enfrentarse al resto del mundo con admirable determinación.


Hitler y Mussolini


Cuando estalló la guerra en septiembre de 1939 con la invasión alemana en territorio polaco, curiosamente fue la Unión Soviética la que colaboró con Alemania en el desmembramiento de Polonia. Japón e Italia se mantuvieron al margen por distintas razones, pero para suerte de los alemanes, Polonia sucumbió en menos de un mes a su maquinaria de guerra. El pacto de acero ya entonces se demostró una farsa y quedó claro que tanto Italia como Japón no tenían intenciones de comprometerse con la guerra de Hitler. Los intereses del Japón estaban en el Pacífico y Estados Unidos era el gran obstáculo a esas ambiciones de expansión. Italia, por su parte, respetó a rajatablas su tradicional estilo de oportunismo en el sentido de comprometerse militarmente con el bando ganador.A pesar de la insistencia alemana, Mussolini se mantuvo neutral hasta donde pudo y sólo cuando vio caer a Francia decidió entrar en guerra. Hasta el fatídico 10 de junio de 1940, Mussolini se mantuvo expectante y vacilante aguardando la suerte de Alemania en el campo de batalla. Italia inventó un nuevo status y se declaró país “no beligerante”, no obstante la furia de Hitler en el sentido de que no se estaban cumpliendo los compromisos asumidos en el pacto de acero. Al ver que una potencia histórica como Francia se desmoronaba ante el avance incontenible del ejército alemán, Mussolini, temeroso de ser la próxima víctima del antiguo cabo austríaco, se apresuró en unir el destino de su país a la suerte de Alemania. A partir del ingreso de Italia en la guerra, los desaciertos militares se sucedieron en cadena y gravitarían de manera determinante en la suerte militar del Eje Roma-Berlín-Tokio. El traicionero ataque italiano contra una Francia que ya estaba derrotada se transformó pronto en una pesadilla ante la tenaz y heroica resistencia que ofrecieron los franceses a los invasores. El ejército italiano, guiado por duques y príncipes que pensaban recrear la aventura etíope sufrió enormes pérdidas y dejó al desnudo su absoluta falta de preparación. Ya entonces el mundo pudo comprobar el bluff de Mussolini quien, sin embargo, seguía empeñado en abrir una guerra paralela a la de Hitler. Para ello eligió el escenario de los Balcanes y desde Albania atacó a Grecia sin consultarlo con Hitler en octubre de 1940. Después de todo, su colega alemán jamás le informaba sus planes de ataque y pensó que ésta era su revancha. Los griegos, con un ejército anticuado se reorganizaron y detuvieron a los invasores con valor y tenacidad obligando a los italianos a una lastimosa retirada.De pronto, los griegos pasaron de ser invadidos a invasores y de no haber mediado la intervención alemana los griegos hubiesen ocupado la mismísima Italia. La famosa “passeggiata” de Mussolini culminó en un desastre militar que afectó incluso los planes de guerra de Hitler obligándolo a retrasar el ataque en la Unión Soviética con consecuencias letales en el mediano plazo. Los desastres italianos en Africa fueron aún peores ya que los italianos se rendían casi sin combatir regalando centros estratégicos de abastecimiento. Etiopía, Somalia y Eritrea fueron rápidamente deglutidas por los aliados y de no haber mediado la presencia de Rommel, la guerra en Africa hubiese durado a lo sumo un par de meses. Los errores militares de la Italia Fascista fueron de tal magnitud que recientemente dieron pie a nuevas teorías sobre su verdadero rol en la guerra. ¿Los errores pudieron deberse a un acuerdo secreto entre la oficialidad italiana y los ingleses para perjudicar a Hitler?. Hay quienes afirman que las fuerzas armadas italianas querían perder para librarse del Duce; otros sostienen que Mussolini en un pacto secreto con Churchill acordó un plan para afectar los intereses alemanes a cambio de recompensas territoriales una vez terminada la guerra. Cualquiera sea la verdad, lo cierto es que los alemanes no querían saber nada con los italianos y viceversa, por un odio ancestral entre ambos pueblos que ninguna alianza o tratado pudo cambiar.


Mussolini recibe a los japoneses en Palazzo Venezia 1941

La intervención japonesa durante la guerra tampoco favoreció los intereses del Eje.En diciembre de 1941, cuando los alemanes estaban a las puertas de Moscú frenados por la llegada del invierno ruso, Hitler esperaba que los japoneses atacaran a Rusia desde Siberia acorralando a las tropas soviéticas en una gigantesca operación de pinzas que habría acabado con toda resistencia. Sin embargo, los japoneses al igual que Mussolini desconfiaban de Alemania y temían un posterior ataque alemán en el Pacífico. Si los japoneses hubiesen atacado a la Unión Soviética desde Siberia seguramente ésta hubiera capitulado en poco tiempo y los alemanes habrían alcanzado un poder militar incontrastable. Para evitar esto, los japoneses decidieron embarcarse en una guerra paralela con los Estados Unidos con la esperanza de que los alemanes y los rusos siguieran enfrascados en una guerra de desgaste. Lo concreto es que el ataque a Pearl Harbor solo sirvió para despertar a un gigante dormido como los Estados Unidos, brindándole a Roosvelt el pretexto necesario para convencer a su pueblo de que la guerra era inevitable. La guerra paralela que sostuvo Japón en el Pacífico no puede siquiera compararse con la guerra patética de Mussolini en los Balcanes pero su efecto final fue igualmente negativo para la suerte militar del Eje.
Los japoneses desconfiaban de los alemanes, los alemanes desconfiaban de los japoneses e Italia desconfiaba( y temía) de los alemanes. Esta singular trilogía fue cualquier cosa menos un Eje y encarnó la antítesis de lo que debería ser una alianza militar en cualquier época.El Eje Roma-Berlín-Tokio fue una alianza absurda que sus pueblos pagaron muy caro en el campo de batalla y en la destrucción de sus países. Alemania terminó la guerra con sus ciudades arrasadas por las bombas enemigas; Japón padeció los efectos devastadores de las bombas atómicas en el seno de su territorio y la Italia fascista se transformó en una república fantoche que inspiraba más pena que odio.

LA GUERRA EN EL PACIFICO


Después del ataque a Pearl Harbor, en apenas tres semanas los japoneses ocuparon Siam, las islas Gilbert y Ellice, Guam, Wake y Hong Kong, e iniciaron la conquista de Malasia, Borneo y Filipinas; seguidamente fue el turno de Birmania, Nueva Guinea y las islas Salomón.La flota británica en el Pacífico también quedó destruida.En marzo de 1942, el general Douglas MacArthur, comandante en jefe de las fuerzas norteamericanas en Extermo Oriente, hubo de abandonar la isla de Corregidor y trasladarse a Australia, donde asumió el mando de las fuerzas aliadas en el Pacífico sudoccidental.En mayo los japoneses completaron la conquista de Birmania y de las islas Filipinas y en Nueva Guinea se dirigieron a Port Moresby, pero fueron rechazados en la batalla aeronaval del Mar del Coral.En junio una potente escuadra japonesa, que tenía como objetivo la conquista de Midway ( base estratégica norteamericana en el Pacífico central) fue interceptada a la altura del atolón por aviones estadounidenses que en reiterados ataques hundieron cuatro portaaviones.
A continuación, los japoneses renovaron sus esfuerzos para conquistar Port Moresby, pero los norteamericanos desencadenaron dos ataques, contra las islas Salomón y Nueva Guinea, fijándose como objetivo final la conquista de Rabaul.En las Salomón la ofensiva americana empezó el 7 de agosto de 1942, con el desembarco en Guadalcanal, de notable importancia en el plano táctico y estratégico, ya que permitió instalar en la isla considerables fuerzas aéreas estableciendo las bases para el predominio aéreo.
En 1942 las esperanzas japonesas de nuevas conquistas quedaron frustradas por la batalla de Midway, pero el cambio de situación en el Pacífico sólo se podía lograr mediante la ocupación completa de las islas.
En 1943 el ritmo de las operaciones norteamericanas se mantuvo lento debido a la necesidad de construir y concentrar unidades tácticas aeronavales y tropas anfibias.Los norteamericanos junto a los autralianos reconquistaron Nueva Guinea y luego Makin, Apamama y Tarawa en el archipiélago de las Gilberts durante sangrientas batallas.
A comenzos de 1944 las fuerzas de desembarco del almirante Nimitz, explotando su superioridad aérea, naval y terrestre sobre los japoneses, conquistaron las islas Marshall, Carolina y Marianas.Estas islas serían las bases de los potentes B-29, destinados al bombardeo del Japón.En el Pacífico sudoccidental las divisiones anfibias de MacArthur conquistaron las Salomón y las islas del Almirantazgo y se aseguraron el control de la costa septentrional de Nueva Guinea.
El 20 de octubre comenzó el ataque a las Filipinas, con el desembarco en Leyte y la ardua batalla para la conquista de la isla.Las fuerzas conjuntas de MacArthur y de Nimitz estuvieron portegidas durante el desembarco en Filipinas por la flota más poderosa jamás vista en el Pacífico.La marina japonesa, no obstante, salió decidida a jugarse todas sus cartas en las aguas de la isla de Leyte, con una lucha a muerte que duró 2 días(24-25 de octubre).La flota japonesa sufrió una destrucción total, a pesar del empleo, por primera vez de los Kamikazes o pilotos suicidas.
El 9 de enero de 1945 los aliados desembarcaron en Luzón donde se registraron sangrientos combates con altas pérdidas por ambas partes.El 3 de marzo caía Manila pero en la parte norte de la isla los japoneses resistieron con bravura.El 19 de febrero se inició el desembarco aliado en Iwo Jima, tratando de vulnerar las defensas de la metrópoli nipona.La batalla de Iwo Jima fue la más sangrienta de las batallas libradas en el Pacífico : los japoneses habían convertido a la isla en una verdadera fortaleza sobre la que tuvo poco efecto el previo bombardeo al desembarco.La lucha, encarnizada y sangrienta, duró 36 días de combate, durante los cuales los norteamericanos perdieron 6.000 hombres y los japoneses sufrieron la baja de 20.000 soldados.El 1 de abril los norteamericanos desembarcan en Okinawa, donde deben enfrentarse a los terribles Kamikazes que hundieron numerosas embarcaciones enemigas.Pero en dichas operaciones los japoneses perdieron su mejor acorazado, el Yamato que fue hundido por la aviación norteamericana.
En el continete, los ingleses tras abrir la ruta de Birmania, conquistaron Akyab, Ramree, Mandalay, Meiktila y Rangún( 3 de mayo).La situación era cada vez más dramática para los japoneses pero éstos seguían ofreciendo una resistencia encarnizada.Los aliados tenían que conquistar casa por casa, hombre por hombre ya que los japoneses no se rendían ni aún estando desarmados.
El 5 de abril de 1945 la Unión Soviética denunció su tratadode neutralidad con Tokio, pero aplazó la intervención armada.Stalin, una vez más, demostraba su viveza.A pesar de tener a sus tropas a disposición por el derrumbe de Alemania, Stalin prefería que los norteamericanos siguieran combatiendo, que se desangraran, que gastaran todas sus fuerzas en el Pacífico, así luego el podría sentarse mejor en la mesa de negociaciones.Esta vez era la perversidad de Stalin sriviendo a los intereses de su país.Desde Potsdam, los aliados le lazaron a Japón un ultimátum riguroso que exigía la rendición sin condiciones.Tokio rechazó el ultimátum.Entonces el presidente norteamericano Harry Truman decidió ser más perverso que Stalin ordenando lanzar la bomba atómica sobre la población civil de Japón.Era la mejor manera de ahorrar hombres y medios y asimismo serviría para apichonar a Stalin con respecto a sus futuras pretensiones.Evidentemente Truman no pensó o ne le interesaba la suerte de la población civil japonesa.El 6 de agosto se lanzó la primera bomba sobre Hiroshima, que quedó arrasada.Dos días después, un Stalin perplejo declaró la guerra al Japón y el ejército rojo penetró en Man-chukuo y en Corea.A pesar del desastre, los japoneses no se rendían y seguirían luchando hasta las últimas consecuencias, pero el 9 de agosto otra bomba atómica fue lanzada sobre la población de Nagasaki, provocando otras miles de víctimas y entonces Tokio tuvo que anunciar sus propósitos de rendición.El 15 de agosto, el emperador japonés anunció por radio el término de la guerra pidiéndole al pueblo que aceptase la voluntad imperial.El 2 de setiembre, a bordo del acorazado norteamericano Missouri, se firmó el documento de la rendición incondicional del Japón.
Por primera vez en tres mil años, Japón perdía una guerra pero lo hacía de la manera más digna.Si bien su situación militar era muy complicada antes de Hiroshima, los japoneses etaban dispuestos a pelear hasta las últimas consecuencias en una prueba de valor que sólo es comparable a la que tuvo el pueblo alemán.El genocidio norteamericano provocado en Hiroshima y Nagasaki no le dió a los japoneses la posibilidad de seguir peleando, pero ganó otra guerra: la guerra del valor y la dignidad contra un enemigo sin escrúpulos.
Mientras tanto, en el continente asiático la aviación norteamericana servía de apoyo a las fuerzas armadas chinas a la vez que los británicos rechazaban una ofensiva japonesa en Imphal, en la frontera indo-birmana.En agosto se abrió la ruta de Birmania, haciendo así más fácil el envío de abastecimientos a las tropas chinas de Chiang Kai-Shek

martes, 1 de enero de 2008

Líderes de las Potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial

Alemania
Adolf Hitler, Canciller de Alemania, 1933-45, Führer, 1934-45.
Karl Dönitz, Presidente, 1945.
Joseph Goebbels, Canciller, 1945.
Graf Lutz Schwerin von Krosigk, Canciller, 1945.

/ Italia
Víctor Manuel III de Italia, Rey, 1900-46 (cambió de bando en 1943).
Benito Mussolini, Primer Ministro y duce con poderes dictatoriales, 1922-43, Jefe de Estado de la República Social Italiana, 1943-45.

Japón
Hirohito, Emperador, gobernó desde diciembre de 1926 hasta agosto de 1945, aunque reinó, permaneciendo en el trono, hasta su muerte en enero de 1989.
Fumimaro Konoe, Primer Ministro, junio de 1937-enero de 1939, julio de 1940-octubre de 1941.
Hideki Tōjō, Primer Ministro, octubre de 1941-julio de 1944.
Kuniaki Koiso, Primer Ministro, julio de 1944-abril de 1945.
Kantarō Suzuki, Primer Ministro, abril de 1945-agosto de 1945.

Socios del Eje
Hungría
Miklós Horthy, Regente, 1920-44.
Ferenc Szálasi, Jefe de Estado, 1944-45, líder del gobierno títere de los nazis, y también Primer Ministro de Hungría, 1944-45.
Pál Teleki, Primer Ministro, 1939-41.
László Bárdossy, Primer Ministro, 1941-42.
Miklós Kállay, Primer Ministro, 1942-44.
Döme Sztójay, Primer Ministro, 1944.
Géza Lakatos, Primer Ministro, 1944.

Rumania
Miguel I de Rumania, Rey, 1940-47, instalado por Antonescu para reemplazar al padre de Miguel, Carol II, y no trató de poseer mucho poder. Lideró un golpe para derrocar a Antonescu y cambió al bando aliado en 1944.
Ion Antonescu, Primer Ministro y conducator con poderes dictatoriales, 1940-44.

Bulgaria
Boris III, Zar, 1918-43.
Simeón II, Zar 1943-46, era menor de edad y no tenía poder alguno.
Kyril de Bulgaria, Príncipe de Bulgaria, Jefe del Consejo de Regencia, 1943-44.
Bogdan Filov, Primer Ministro de Bulgaria, 1940-43, miembro del Consejo de Regencia, 1943-44.
Petur Gabrovski, Primer Ministro, 1943.
Dobri Bozhilov, Primer Ministro, 1943-44.
Ivan Ivanov Bagrianov, Primer Ministro, 1944, intentó sacar a Bulgaria de la guerra y declarar la neutralidad.

Reino de Yugoslavia
Pablo Karađorđević, Regente del Reino de Yugoslavia, 1934-41

Co-beligerantes

Finlandia
Risto Ryti, Presidente, 1940-44, su dimisión permitió sacar a Finlandia de la guerra.
Carl Gustaf Emil Mannerheim, Comandante en Jefe (1939-46), Presidente (1944-46), Mariscal de Finlandia, lideró a Finlandia como co-beligerante tanto con Alemania (Guerra de Continuación) como con los aliados (Guerra de Laponia).

Tailandia
Ananda Mahidol, Rey de Tailandia, 1935-46.
Plaek Phibunsongkhram, Primer Ministro, 1938-44.
Khuang Abhaiwongse, Primer Ministro, 1944-45.

Irak
Rashid Ali al-Kaylani, Primer Ministro, 1940-41.

Gobiernos títeres

República Eslovaca
Jozef Tiso, Presidente, 1939-45.
Vojtech Tuka, Primer Ministro.

Francia de Vichy
Philippe Pétain, Presidente, 1940-44, y Primer Ministro, 1940-42
Pierre Laval, Primer Ministro, 1942-44

Manchukuo
Puyi, Emperador de Manchukuo (antiguo emperador de China), 1932-45.
Zhang Jinghui, Primer Ministro.

Mengjiang
Demchugdongrub.

República de China-Nanjing
Wang Jingwei, Jefe de Estado, 1938-44.
Zhou Fohai, Jefe de Gobierno.
Chen Gongbo, Jefe del Legislativo.

Croacia
Tomislav II, Rey, nacido en Italia, con poder simbólico, abdicó en 1943.
Ante Pavelić, Poglavnik (Jefe de Estado), 1941-45.
Nikola Mandić, Presidente, 1943-45.

Filipinas
José P. Laurel (José Paciano Laurel y García), Presidente, 1943-45.

Serbia
Milan Nedić.

Laos
Phetsarath Rattanavongsa.

Gobierno Provisional de la India Libre
Subhas Chandra Bose.
A. M. Sahay.
Rash Behari Bose.

Albania
Francesco Jacomoni di San Savino, Virrey de Albania, 1939-43

Potencias del Eje



Mapamundi con los participantes en la Segunda Guerra Mundial.
verde oscuro: Aliados
verde claro: Aliados tras el ataque a Pearl Harbor
naranja: Potencias del Eje
gris: Países neutrales
El término Potencias del Eje o Eje Roma-Berlín-Tokio se refiere a los pactos firmados por Alemania e Italia, antes de la Segunda Guerra Mundial y a los que también se adhirió Japón una vez comenzada la guerra. Además de estas tres potencias, otros estados menores se agregaron a estos pactos, unos por afinidad política y otros por temor.
Las Potencias del Eje eran Italia, Alemania y Japón.
Mapamundi con los participantes en la Segunda Guerra Mundial. Dichos países firmaron un Pacto Tripartito, que posteriormente derivó en lo que se llamó el Bloque Berlín-Roma-Tokio. Este nuevo bloque logró su establecimiento debido a las coincidencias que existían entre los sistemas de gobierno, económico e ideológico de los tres países. De igual forma, compartían tres coincidencias de connotación negativa: fueron los países menos beneficiados por el Tratado de Versalles.
El término Eje Roma-Berlín fue utilizado por primera vez por Benito Mussolini en noviembre de 1936, cuando referiéndose al tratado de amistad firmado el 25 de octubre de 1936 entre la Italia fascista y la Alemania nazi, dice que los dos países formarían un Eje alrededor del cual girarían los otros estados de Europa.
Este pacto de amistad se forjó a iniciativa de Italia, que se estaba enfrentando a una fuerte oposición en la Sociedad de Naciones con motivo de sus guerras de ocupación en Somalia y Abisinia (Etiopía), consiguiendo con ello el apoyo de Alemania que ya había abandonado la Sociedad de Naciones en 1933.
Posteriormente, en mayo de 1939, esta relación devendría en la alianza denominada Pacto de Acero y finalmente integraría también a Japón tras la firma del Pacto Tripartito el 27 de septiembre de 1940.
Además de las tres grandes potencias que dan nombre al pacto, se adhirieron al mismo: Hungría, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia, ya separada del resto de Checoslovaquia en virtud de los acuerdos de Múnich de 1938.
Otro país, considerado por los aliados como parte del Eje fue Finlandia, aunque nunca firmó el tratado. En su relación con los nazis, Finlandia se consideraba como co-beligerante, un término que englobaba a países regidos por gobiernos títeres de los nazis como Croacia o la Francia de Vichy. Siam fue otro estado co-beligerante, que apoyó a Japón, quien tenía a su vez una serie de gobiernos títeres tales como Manchukuo, el gobierno establecido por Japón en Manchuria, Mengjiang, la China de Nanking, la Segunda República Filipina, la Burma de Ba Maw o el Gobierno Provisional de la India Libre. Italia tenía a Albania y Abisinia como estados títeres.

Royal Air Force



Bandera de la Royal Air Force
La Royal Air Force (con frecuencia abreviada como RAF) es la rama aérea de las Fuerzas Armadas Británicas.
La RAF es la fuerza aérea independiente más antigua del mundo, establecida el 1 de abril de 1918. La RAF ha asumido un papel significativo en la historia militar británica, participando de forma importante en la Segunda Guerra Mundial, y más recientemente, en los conflictos en Irak. Con una flota de 942 aeronaves y un personal compuesto de 53,400 efectivos, la RAF es una de las mayores fuerzas aéreas del mundo. También es una de las fuerzas aéreas más avanzadas del mundo en cuanto a tecnología.

Historia

Formación e Historia Temprana (1918–1939)
La RAF fue fundada el 1 de abril de 1918 mediante la fusión del Cuerpo Aéreo Real y el Servicio Aéreo Naval Real. El Cuerpo Aéreo Real era una división de los Ingenieros Reales, bajo el control del Ejército Británico. El Servicio Aéreo Naval Real era su equivalente en la Armada. La decisión de fusionar las dos unidades y crear una fuerza aérea independiente fue una respuesta a los eventos de la Primera Guerra Mundial, la primera guerra en la que el poder aéreo demostró ser decisivo. La recién creada Fuerza Aérea Real era la más poderosa del mundo en el momento de su creación, contando con 20,000 aeronaves.
Los años de la entreguerra fueron relativamente pacíficos para la RAF, tomando parte solamente en acciones menores en el Imperio Británico. La RAF prestó servicio en Afganistán, donde ocurrió la primera evacuación de civiles vía aérea en 1928. En 1936, una reorganización del mando de la RAF condujo a la creación del Mando de Caza (Fighter Command), el Mando de Bombardeo (Bomber Command) y el Mando Costero (Coastal Command). La Rama Naval Aérea fue separada de la RAF y renombrada el Arma Aérea de la Flota (Fleet Air Arm) bajo el control de la Armada Real.

Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
La RAF experimentó una expansión rápida luego del estallido de la guerra contra la Alemania Nazi en 1939. Esto incluyó el entrenamiento de las tripulaciones aéreas británicas en países de la Commonwealth (Mancomunidad Británica de Naciones) bajo el Plan de Entrenamiento Aéreo de la Commonwealth, y el traslado en comisión de muchos escuadrones enteros y decenas de miles de efectivos de otros países de las fuerzas aéreas de la Commonwealth. A éstos después se les sumaron miles de efectivos de otros países incluidos muchos que habían escapado de países ocupados por los nazis en el continente europeo.
Un momento definitorio para la existencia de RAF llegó durante la Batalla de Inglaterra. Durante el verano de 1940, la RAF rechazó las incursiones de la Luftwaffe en la que fuera quizás la campaña aérea más prolongada y complicada de la historia. Esto contribuyó enormemente al retraso y subsecuente cancelación de los planes alemanes para la invasión de Inglaterra (Operación León Marino) y ayudó a cambiar el curso de la Segunda Guerra Mundial al hacer posible la continuación del esfuerzo bélico británico en contra de las potencias del Eje, hasta que la entrada de la Unión Soviética y Estados Unidos a la guerra afectaron el equilibrio de fuerzas en favor de los Aliados.
El mayor esfuerzo de la RAF durante la guerra fue la campaña de bombardeo estratégico contra Alemania. A partir del 31 de mayo de 1942, el Mando de Bombarderos de la RAF estuvo en situación de orquestar incursiones nocturnas aéreas a gran escala involucrando hasta a 1000 aviones, muchos de los cuales eran los nuevos bombarderos pesados cuatrimotores. Existe un grado considerable de controversia histórica con respecto a la ética de ataques tan grandes contra ciudades alemanas durante los últimos meses de la guerra, un ejemplo es el Bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial.

Luftwaffe (Wehrmacht)

La Luftwaffe (literalmente Arma aérea) es el término en alemán usado para referirse a la Fuerza Aérea histórica del ejército de Alemania desde su creación en 1910 hasta el final del régimen nazi del III Reich en 1945 y sustituida por el ejército del aire Luftwaffe (Bundeswehr), fuerzas armadas de la República Federal integradas en la OTAN en 1955.


Balkenkreuz (variante de la Cruz de Hierro), distintivo empleado en los aviones de la Luftwaffe.
Creada en la I Guerra Mundial, el Tratado de Versalles decretó su disolución.
En la realidad nunca desapareció. La sección de aviación siguió existiendo en la Reichswehr pero de manera oculta dentro de su organigrama.
Desde 1924, pilotos, tripulaciones y mecánicos recibían entrenamiento en Rusia en el aeródromo de Lipetsk.
Tras la llegada de los nazis al poder, Adolf Hitler encargó a Hermann Göring su reorganización en 1935 en clara violación al Tratado de Versalles.

Acciones hasta 1939
Durante la Guerra Civil Española, la Luftwaffe fue enviada por Hitler en apoyo de las fuerzas del bando de Franco con el nombre de Legión Cóndor.
En 1937, unidades de la Legión Condor bombardearon la ciudad de Guernica en el País Vasco, cometiendo una de las acciones criminales de mayor repercusión en la opinión pública internacional.

La II Guerra Mundial: Blitzkrieg (1939-1942)
Al estallar el conflicto, la Luftwaffe, dirigida por Hermann Göring, dispuso de una relativa superioridad, probada en España, en comparación con las fuerzas aéreas de otros países implicados en la guerra.
Göring llegó a declarar: "Estados Unidos podrá producir Fords y Chevrolets, pero no podrá nunca fabricar buenos aviones."
A pesar de una capacidad de producción cuantitativamente inferior en Alemania, gracias a la calidad de las aeronaves, de sus pilotos y sus novedosas estrategias, demostraron su superioridad en los primeros años de la guerra, frente a las fuerzas aéreas aliadas.
Atacando de manera combinada con las unidades motorizadas y blindadas, participaron en las victorias de las campañas de Polonia, Francia y la URSS.

Inflexión en la guerra aérea: Batalla de Inglaterra y Stalingrado
A pesar de las numerosas victorias aéreas de los pilotos alemanes y su preparación, la Luftwaffe, por una estrategia errónea y mal dirigida, fue derrotada en 1940 durante la Batalla de Inglaterra, donde perdió numeroso material y pilotos experimentados.
Posteriormente, fracasa nuevamente en la defensa y aprovisionamiento de la Wehrmacht, sitiada y derrotada en Stalingrado.
A partir de entonces y parejamente al resto del ejército alemán, cedió la capacidad ofensiva y paulativamente se centró en la defensa del suelo alemán frente a los bombardeos masivos por parte de los aliados.
A petición de la Luftwaffe, en agosto de 1942 se realizaron experimentos de congelación y despresurización en el campo de concentración de Dachau con prisioneros y detenidos, muchos de los cuales resultaron muertos.

Defensa de Alemania (1943-1945)
Durante toda la guerra, los pilotos alemanes reclamaron el derribo de aproximadamente 70.000 aeronaves aliadas, de las cuales 15.400 aparatos de los aliados fueron derribados por apenas 105 pilotos de la Luftwaffe, que superaron las cien victorias de manera individual.

Organización
La Luftwaffe fue desarrollada pareja al ejército gracias a la acción de Göring y su estrecha relación con Hitler.

Jerarquía
Existían varias organizaciones de combate. Se desarrolló un método propio de identificación en función del rango para los aparatos, que permitía precisar con exactitud su adscripción y su función.
El sistema asignaba una marca especial para cada uno de los "Gruppen" (grupos) que integraban un "Geschwader" (ala) determinada, así como un color para cada "Staffel" (escuadrón) del "Gruppe", que se aplicaba a las marcas y número particular de cada aparato, lo que permitía individualizarlo.
El sistema experimentó algunas modificaciones durante el transcurso de la guerra, en función de la experiencia en combate y de las necesidades del frente.
También se diferenciaba según el piloto que llevara el avión, que distinguía varios rangos, como el de Kommodore (comandante del ala), Adjutant o Einsatzoffizier.

Material y equipamiento
La Luftwaffe estuvo equipada por aeronaves generalmente de gran capacidad diseñadas por diferentes empresas, como la Dornier (Do 17, Do 215, Do 335), Heinkel (He 111, He 162, He 177, He 178 (primer avión a reacción)), Junkers (Ju 87, Ju 88), Focke-Wulf (Fw 190, Fw 200, Ta-152) y Messerschmitt (Bf 109, Bf 110, Me 163, Me 262).

Ases de la Luftwaffe
Erich Hartmann (352 victorias), con un avión Messerschmitt Bf-109, derriba a su primer enemigo el 5 de noviembre de 1942 con 20 años. Al finalizar la guerra, se rinde a los americanos, pero estos lo entregan a los rusos, ya que toda su carrera la hizo en el Frente Ruso. Fue condenado a 20 años de prisión acusado de "provocar grandes daños y sabotear la industria soviética". De sus 352 derribos, 345 eran aviones soviéticos y 7 aviones americanos tipo P-51 Mustang.
Helmut Lent (110 victorias) fue el as de la caza nocturna, derribando 102 aviones enemigos en misiones nocturnas. Murió en la Segunda Guerra Mundial.
Adolf Galland, piloto desde los años 30, participó en la Guerra Civil Española y se hizo famoso en la Batalla de Inglaterra liderando el Ala 26 de Caza. Al final de la guerra mundial, fue destituido como jefe de la caza diurna, tras lo cual creó un grupo de caza equipado con los reactores Me 262, en el cual reunió a muchos de los Ases de Caza alemanes.
Hans-Ulrich Rudel, poseedor de la más alta condecoración concedida a un militar, la Cruz de Caballero con Hojas de Roble en Oro, Brillantes y Espadas, y una impresionante hoja de servicios, tiene en su haber 2.530 misiones de combate, 519 tanques soviéticos, un acorazado, dos cruceros, 11 aviones enemigos derribados y más de 70 embarcaciones fluviales hundidas. Las bajas soviéticas causadas por Rudel se calculan en 4.300 efectivos.
Werner Mölders fue el principal táctico de la Luftwaffe. Ingresa en la Luftwaffe a principios de los años 30. Durante la Guerra Civil Española, estando al mando de una escuadrilla de cazas, observa lo obsoleto de las tácticas aéreas usadas por la Legión Cóndor, por lo que actualiza las tácticas aéreas desarrolladas por Oswald Boelcke en la Primera Guerra Mundial y obliga a sus pilotos a usarlas. Sus tácticas revolucionaron el combate aéreo. A lo largo de los cuatro años siguientes, por méritos de guerra, pasaría de ser teniente en 1938 a General en 1941. Nombrado Inspector de la Caza Alemana, moriría en accidente aéreo en noviembre de 1941.